La deducción de la compra de un vehículo depende de muchos factores. Es muy habitual que nuestros clientes, empresarios y autónomos, nos pregunten por las cantidades que pueden deducirse como gasto de su actividad cuando compran un vehículo, así como de los gastos que les genera.

Deducción del vehículo de una sociedad mercantil

Por un lado, hay que distinguir si el comprador es una persona física (un trabajador autónomo) o una sociedad mercantil.

En el caso de una empresa, la deducción será por el total del precio de la compra, así como de los costes de su mantenimiento y reparaciones y de carburante, respetando siempre la amortización periódica que la norma establece.

Deducción del vehículo de un autónomo

En el caso de la deducción de un vehículo para autónomos, el porcentaje de deducción varía en atención a las circunstancias de su actividad. Como principio básico, la Agencia Tributaria no suele cuestionar que el vehículo esté en parte dedicado a la actividad profesional, permitiendo deducirse al trabajador el 50% del gasto de adquisición, así como del resto de costes que implica tener un vehículo.

Para poder ampliar ese porcentaje, el vehículo debe tener un destino prácticamente íntegro a la actividad desarrollada.

Por ejemplo: un agente comercial, que viaje visitando clientes, podrá deducirse desde el 70% hasta la totalidad de los costes soportados y, en cambio, una persona dedicada a las nuevas tecnologías que desempeña su trabajo desde un puesto fijo, difícilmente podrá obtener una deducción mayor.

Deducción de IVA, IRPF e Impuesto de Sociedades

A partir de aquí, las deducciones en IRPF, IVA y/o Impuesto de Sociedades dependen de cada caso concreto, que debe ser analizado detenidamente antes de decidir el porcentaje a aplicar para reducir el beneficio de la actividad, y por ende, aminorar el pago de impuestos.

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