Tienes una startup. En primer lugar te damos la enhorabuena, ya eres un emprendedor. Pero no uno cualquiera, sino alguien con un proyecto que venderá millones en el mundo de las nuevas tecnologías. Hoy en día, el emprendimiento se ha convertido en la única salida laboral para aquellos que, con una enorme preparación profesional, han decidido salir adelante en España como alternativa a buscar ocupación en otro país. Para estas personas, nuestro sincero aplauso por creer en lo que hacen.
Soy una startup ¿y ahora qué?
Después de los halagos, te preguntamos, ¿tienes claro cómo vas a gestionar tu proyecto? No te preguntamos por los tecnicismos de tu programa, aplicación o software, ni por el registro de tu startup o la búsqueda de un inversor que se convenza de que le vas hacer de oro, sino por la gestión administrativa, que no debes descuidar para evitarte problemas futuros.
Nos referimos a aspectos legales claves: la emisión de facturas, liquidaciones de impuestos, redacción de contratos, cotizaciones sociales, etc. Es la parte menos bonita de tu negocio, pero también una de las más importantes. Has de tener claro que has puesto en marcha un negocio que, en muchos aspectos, es como cualquier otro.
¿Autónomo o empresa? Decisión clave para las startups
Empecemos por cuestión que siempre dilucidamos en primer lugar con quienes se acercan hasta nuestro Despacho Jurídico para contarnos en qué están trabajando y nos piden que les ayudemos. ¿Autónomo o empresa? No es una pregunta baladí, pues la decisión a tomar tiene trascendencia a medio y largo plazo.
1. Autónomo. Ser trabajador autónomo sin usar una sociedad es más sencillo desde el punto de vista administrativo. También es más barato.
2. Sociedad mercantil. Crear una sociedad mercantil puede resultar útil a una startup, ya que puede mejorar las oportunidades para acceder a ayudas públicas, canalizar a los eventuales inversores o ser la mejor forma de relacionarte con tus compañeros en el proyecto, si es que tienes socios, colaboradores o gente trabajando para ti.
Nosotros te ayudaremos con esa decisión, diseñando los tiempos a manejar para una óptima transición de un modelo de negocio a otro. A partir de aquí, el valor que te aportaremos es tranquilidad. Seremos capaces de que casi te olvides que tienes ciertas obligaciones con la Administración Pública (decimos casi porque al final de cada trimestre sí que nos vas a tener muy presentes, cuando haya que hacer la liquidación de impuestos).
He encontrado un inversor en mi startup. ¿Ahora qué hago?
Sin duda una de las situaciones más importante en el recorrido de una startup es la llegada de una persona (física o jurídica) que cree en ti y decide invertir en tu proyecto. Después de las oportunas celebraciones por haberlo logrado, llegará el momento de serenarse y estudiar el modo en el que va a entrar su dinero en tu negocio y qué repercusiones va a tener tanto en el aspecto fiscal como en el control del proyecto. Existen diversas situaciones que se plantean llegados a este punto, y las más comunes son:
1. Mediante un préstamo: debes prestar especial atención a las garantías que te piden.
2. Mediante la constitución de una sociedad mercantil o la ampliación del capital de la que ya tengas: aquí hay que tener cuidado con las mayorías en la titularidad de las participaciones.
3. Mediante un acuerdo de compra preferente de participaciones: en esta opción es muy importante tener claro el momento en el que la adquisición definitiva se va producir.
Nuestro equipo especializado del área de negocio y empresa te explicará con claridad las consecuencias de cada decisión que tomes. Redactaremos y revisaremos los documentos y contratos a suscribir. Y cuando sea necesario, nos pondremos nuestro mejor traje y pondremos nuestra mejor sonrisa para decir aquello de “firme aquí por favor”.