Los juicios por agresión sexual aparecen en los medios de comunicación con frecuencia. A nadie nos son ajenas las noticias sobre denuncias por agresiones sexuales, especialmente sobre chicas y mujeres jóvenes. Aquí vamos a abordar lo que viene después: cómo se desarrolla un procedimiento penal sobre estos delitos, esa parte que queda fuera de los medios de comunicación y que exige una labor del abogado muy concienzuda.
Juicios por agresión sexual: credibilidad del testimonio y presunción de inocencia
Tomando las circunstancias que suelen ocurrir en los hechos denunciados, es vital lo que se llama credibilidad del testimonio.
- Cuando actuamos como abogados de la acusación particular, tenemos que apuntalar aquellos elementos esenciales de la declaración de la víctima que impidan dudar de sus manifestaciones.
- Cuando actuamos como abogados defensores debemos encontrar aquellos puntos en los cuales una declaración tiene lagunas, no son claros o son dudosos.
Hemos de tener presente siempre el principio constitucional de la presunción de inocencia, y que a la parte acusadora le corresponde demostrar los hechos por los que pretenda obtener una sentencia condenatoria. La mayor o menor trascendencia del testimonio de la víctima tiene relación con la existencia de otros datos periféricos que lo puedan corroborar, lo que obliga al abogado a una investigación pormenorizada de los hechos, hasta el último detalle.
Profesionales de distintos ámbitos que intervienen en el proceso
En otro orden, debemos tener en cuenta la intervención de profesionales de distintos ámbitos en el proceso, los forenses y especialistas de distintas ramas que pueden reforzar o tumbar una declaración testifical. Aquí el abogado ha de saber manejar adecuadamente su relación con estos otros profesionales, bien sea para servirse de ellos y que apoyen su línea de actuación, o bien para desvirtuar sus informes con los conocimientos adecuados.
La revictimización y el derecho a la defensa
Por último, por lo delicado de estos asuntos, la ley prevé una especial protección a la víctima para evitar lo que se ha denominado “revictimización”, en cuanto a las consecuencias negativas que puede llegar a tener para aquella comparecer en sede judicial en múltiples ocasiones. Pero esa protección debe compatibilizarse con el derecho a la defensa, por lo que hay que conocer bien los mecanismos de la práctica de la prueba para evitar la nulidad de las mismas, o para precisamente aprovecharse de esos defectos de forma, según el lado del estrado en el que nos encontremos.
Para cualquier duda sobre este u otros aspectos relacionados con derecho penal, no dudes en contactar con nuestro departamento especializado.
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