El mercado del alquiler de locales, oficinas y naves se está moviendo. Startups y emprendedores se animan a salir de casa o de espacios de coworking para tener una imagen de marca más potente. También el empresario con recorrido ve el momento de crecer y busca dónde hacerlo.

A continuación os contamos los cinco elementos clave que tenemos en cuenta cuando preparamos o revisamos un contrato.

¿Quién es el propietario?

Puede parecer una pregunta tonta (“pues quién va a ser, quien firma el contrato como tal”), pero tiene su trascendencia, y es una pregunta que ha llevado en algunas ocasiones a recomendar a nuestro cliente que no firmara el alquiler (y así ha hecho).

En el mercado actual es habitual que el contrato lo firme una sociedad interpuesta para la explotación del arrendamiento, y siendo una figura totalmente legal, puede esconderse algo que pondría en riesgo la estabilidad del negocio, si se cuestiona el alquiler.

El plazo de duración del contrato, y los tiempos y formas en que se puede resolver sin penalización

Hay que hacer una proyección de nuestro negocio para saber si necesitaremos el local u oficina durante un periodo de tiempo más o menos largo. Se trata, por un lado, de asegurarnos un tiempo mínimo de permanencia, y por otro, saber que podemos salir del inmueble sin penalizaciones si algo cambia en nuestra estructura.

 

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La elevación a público del contrato

La última reforma de la ley establece que, si el contrato de arrendamiento no está inscrito en el Registro de la Propiedad, no tendrá efectos frente a terceros. Es decir, y por poner un ejemplo sencillo, si el inmueble es vendido o heredado, el nuevo propietario no tiene obligación de respetar el contrato de alquiler. Esa inscripción tiene un coste económico importante, pero siempre es recomendable hacerlo, o al menos sopesarlo.

Licencias de actividad

En nuestra ciudad, en Madrid, hay restricciones en determinados barrios para otorgar nuevas licencias de actividad. Por eso es importante comprobar que el local u oficina cuenta ya con esa licencia, o, si no fuera así, que se va a poder obtener.

Las fianzas y avales

Estos son dos conceptos muy distintos que se suelen confundir, y hay que poner cuidado en ello por dos motivos: porque tienen un destino diferente, y porque suelen suponer un desembolso económico importante. También hay que valorar la forma en que se constituyen, y cómo afecta a nuestra liquidez y estados financieros.

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